viernes 02 de abril de 2010

No se porqué

No se porqué, pero cada día que pasa me doy cuenta que analizo más las cosas a mi alrededor. No se si les pasa a los otros, pero al parecer estoy más analítico de los diferentes temas de la vida diaria. Me fijo en cosas, que quizás antes no tenían importancia o que simplemente dejaba pasar. Algún amigo me dijo por ahí que la misión del periodista era tener una mirada distinta de la realidad. Al principio, lo encontré gracioso, pero hoy me doy cuenta de que puede tener un poco de razón. Hay ocasiones en que, por ejemplo, salgo a la calle y me dedico a observar a la gente, que es lo que hace, como reacciona a ciertas cosas y me he encontrado con sorpresas.

No se si se han fijado, es algo ridículo, pero son cosas que uno las cuenta en otras partes y ahí la gente recién se da cuenta. Son cerca de la 9:30 de la mañana, generalmente la hora de entrada a mi Universidad es a las 10:00. Lo pienso y digo ¡En realidad debería estar apurado!, pero no lo estoy, miro para al lado y me encuentro con que una señora esta discutiendo con otra de lo mucho que se ha demorado la micro. Para que se hagan una idea estamos en el paradero de la estación Bilbao con Tobalaba, esperando algún recorrido que me deje cerca de mi destino

En fin, la cosa es que me fijo que todo el mundo tiene cara de que necesita urgentemente que llegue el recorrido que necesita, sino va a llegar tarde al trabajo. La cosa es que esta misma señora, que antes mencione, dice que no le gusta el nuevo sistema porque se va muy apretada y que eso no le gusta. Miro a la derecha y la micro al fin aparece, para consuelo de los demás, porque yo acabo de llegar. Dan verde en el semáforo y la micro para. Y aquí es donde me doy cuenta de algo, atrás de la que ya esta estacionada viene otro recorrido de la misma línea, pero la diferencia es que no logro avanzar en el semáforo y se queda detrás. En este momento se abren las puertas y lo que debería pasar es que se suba gente y cuando ya este lleno no siga entrando más, porque atrás viene una igual. Pero esto no ocurre, me da risa, pero es así. La gente se sube y se sube y se sube. Al final con suerte el conductor puede cerrar las puertas y partir. Adentro se nota la expresión de las personas, diría que van muy incomoda. Para rematar el problema se sube un hombre con su guitarra, es decir, les espera un gran show al interior que no podrán disfrutar por lo incomodo que van.

Parte la micro y ahí me quedo yo solo. Hace 5 minutos estaba lleno de gente y ahora estoy yo con dos personas más que se quedaron abajo. Dan la luz verde y una nueva micro para justo en frente de mí. El conductor abre las puertas y lo único que tengo que hacer es entrar, pasar mi tarjeta y elegir en que asiento me quiero sentar, realmente increíble.

El conductor cierra la puerta y me voy con sólo dos personas más. En el trayecto voy pensando que pasara con las personas que van en el otro recorrido. Dan rojo y miro adelante y ahí esta, la misma locomoción que había estado hace 5 minutos atrás ¡La alcanzamos me dije entre risas! Llegue a mi paradero y tranquilamente me baje. Me fui caminando pensando en que quizás esos 5 minutos para la gente valían más que esperar un poco para ir con mayor comodidad.

El mismo pensamiento me pasa en el metro. Hay veces en que lo ocupo, trato de evitarlo, pero hay ocasiones en que simplemente no se puede. Pongámonos en el caso que son cerca de las 8:00 de la mañana, ya no entro a las 8:30, pero el semestre pasado si y me pude fijar de ciertas cosas. Paramos en estación Tobalaba, donde todos se bajan. Voy en la parte de atrás, al último, porque si no se dieron cuenta la gente siempre espera que se abran las primeras puertas y se acumula para entrar ahí y nada mas que ahí, graso error, porque les digo algo ¡Al final va mucho más despejado!. En fin, ese día iba apurado y empecé a caminar adelantando algunas personas. Llego a las escaleras mecánicas y otra cosa extraña. Resulta que se puede elegir por cual se quiere subir, la de la izquierda y la de la derecha. Para los que no se han fijado la de la derecha va más rápido que la de la izquierda, quizás porque es más moderna que la otra, Lo divertido del asunto es que se hace una gran cola para poder tomar la escalera mecánica de la izquierda, lo que me hace pensar que el resto, que toma la contraria, si se da cuenta de algunas cosas. Pero lo curioso es que yo creo que si nos pusiéramos a tomar el tiempo de diferencia que hay entre la una y la otra, nos darían solo segundos. Pues bien, como hace tiempo quería escribir algo como lo de ahora, me di el tiempo de averiguar cuanta diferencia hay entre la de un lado y la del otro y para gracia de los que me veían como bicho raro subiendo primero por la de la izquierda y luego volviendo a subir por la de la derecha, les tengo que decir que la diferencia es de 5 segundos.

Pero volvamos al episodio anterior, había una gran cola y la gente esperaba para subir por la de la izquierda. Pues bien yo y unos más nos atrevimos a subir por la que, al parecer, es considerada por muchos una de las escaleras mecánicas más lentas del metro y la verdad es que no me demore tanto. En fin hay muchas cosas que nos hacen ver lo especiales que podemos llegar a ser, que a veces preferimos ir por el camino que parece mas fácil y rápido, pero que al final resulta más complicado y demoroso, por lo tanto solo tengo que decir que no hay nada mejor que ver las dos caras de la moneda y elegir la mejor
No se porqué

No hay comentarios.:

Seguidores

Powered By Blogger